Lo que nos dice nuestro olfato

Cuando se trata de atracción confiamos en el sentido de la vista pero, lo que no sabemos, es cuán influyente resulta el olfato en este caso, y en muchos otros. Al igual que todos los animales, los humanos estamos hechos para reproducirnos, cuidar de nuestros hijos hasta que sean adultos y entonces morir y dejar de consumir recursos que  estarán mejor empleados en los jóvenes (de manera general), para así garantizar la supervivencia de la especie.Baby-kangaroo-and-girl-smelling-each-other-John-Drysdale-200357

Ya que la elección de pareja es algo difícil, desde la madurez sexual aprendemos a desplegar signos que indican la calidad de los genes, la salud y la fertilidad y a reconocerlo en otros. Poco a poco los científicos comienzan a descubrir qué factores influyen cuando decidimos con quién mantener una relación sexual, y señalan que una de estas razones tiene que ver con el olor (los olores del pelo, el pecho… funcionan como un afrodisíaco)

El olor del otro es lo que nos hace sentir química con esa persona, esto se debe a que su fragancia corporal contiene mucha información sobre la calidad de sus genes y su sistema inmunológico. A través del olfato, registramos información sobre el complejo mayor de histocompatibilidad (MCH), que codifica proteínas que ayudan al sistema inmunológico a reconocer los agentes patógenos. Existen miles de combinaciones del MHC.

Las mujeres tiene mayor capacidad para captar el MHC y prefieren a los hombres con un MHC diferente al suyo para asegurarse el mejor compañero biológico, ya que las parejas con sistemas inmunológicos distintos tienen mayor éxito en la reproducción (mayor porcentaje de embarazos que llegan a término e hijos más sanos). Sin embargo, cuando se toma la píldora anticonceptiva suelen elegir a hombre con MHC parecido, ya que al tener genes similares es más probable que sean parejas más protectoras con la prole. Esto se debe a que la píldora actúa provocando en la mujer una situación similar a cuando se está embarazada, para impedir la ovulación. Al estar más susceptible el organismo como consecuencia de ésto, la mujer busca un hombre que sea similar a ella y por tanto le asegure que va a cuidar bien de su descendencia, como si fuera ella misma.

Por lo dicho anteriormente, una pareja puede oler bien para una persona y mal para otra,  a pesar de que las moléculas que emanan son las mismas, ya que nuestro cerebro analiza y selecciona las más compatibles con nosotros. Muchos científicos creen que las responsables de ésto son las feromonas (sustancias químicas secretadas por un individuo con el fin de provocar un comportamiento determinado en otro individuo de la misma u otra especie, que son arrastradas por el aire) La AND, es una feromona que se encuentra con más frecuencia en el sudor masculino, por ello podríamos decir que se trata de una feromona masculina, mientras que la EST se encuentra en la orina de las embarazadas.

Según un estudio del Instituto Karokisnka de Estocolmo, el hipotálamo anterior (involucrado en el comportamiento sexual) de hombres heterosexuales se activa ante la EST, mientras que en la mujer heterosexual se activa esta zona del cerebro ante la AND. Los hombres homosexuales responden de la misma manera que las mujeres heterosexuales. Las respuestas de las mujeres homosexuales son similares a las de los hombres heterosexuales, sin embargo los resultados en este último grupo son más difíciles de analizar y no se ha llegado a conclusiones determinantes1219698408996_f.

El olfato no solo influye en la atracción entre las personas, sino también en los ciclos menstruales de las mujeres, quienes sincronizan sus reglas. Las feromonas alertan a los hombres de que las mujeres están ovulando, que además, potencian su belleza durante este periodo, lo que les facilita el encontrar pareja. Si el periodo de ovulación es simultáneo en varias mujeres, los machos deberán competir para conseguir a las hembras, de manera que se asegura que el macho con los mejores genes será el que consiga a la hembra, asegurando así una mejora en la especie.

Sin embargo, a pesar de las ventajas que nos ofrece nuestro olfato cada vez es más difícil hacer llegar nuestra información genética a posibles parejas, debido a la cantidad de desodorantes, perfumes… que esconden dicha información y al mismo tiempo nos impide el que nos llegue la de los demás.

En conclusión, el olfato es el gran desconocido para todos nosotros y sin embargo parece ser que ha jugado un papel fundamental en la historia del hombre, como en la del resto de los animales. Resulta que somos los «raros» dentro del grupo animal y si no fijaros en cómo se saludan la mayoría de los animales. A cuidar sus narices, que sólo tenemos dos 😉

Fuente | Muy Interesante nº327

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